La amplia remodelación del Ejecutivo de Pedro Sánchez dio ayer alas a los independentistas para marcar el camino de los nuevos ministros con sus reivindicaciones de siempre. Aunque sólo han pasado tres semanas desde la concesión de los indultos a los líderes soberanistas condenados por sedición por el Tribunal Supremo, ERC aprieta al Gobierno para que concrete una propuesta en la mesa de negociación prevista para la segunda semana de septiembre. Los republicanos quieren conseguir algún avance para sacar pecho ante sus socios en el
Govern, Junts per Catalunya, en la pugna política que mantienen las dos formaciones por el control del independentismo.