Ausiàs March, la arquitectura de la escuela de Pere Comte, las esculturas de
Damià Forment y un poder político y social que se notó en toda la corona de Aragón. Todo confluyó en un pequeño valle de la comarca de La Safor, en Alfauir. Hoy, quien pasa al lado de la autovía entre pequeños pueblos y el intenso verde del valle de Vernissa y la sierra de
La Marxuquera, observa cómo se levanta una edificación imponente. Surge casi de la nada, parece de otro lugar y definitivamente es de otro tiempo. El