Siempre tendremos una deuda con
los agricultores, pues su labor comienza de madrugada y casi siempre es mal pagada económicamente. Pero la importancia del hombre del campo va mucho más allá, pues gracias a él nuestro país puede preservar cultivos oriundos que de otra forma desaparecerían.
Ahí están las miles de variedades
de papa de las que disponemos. Las nativas tienen un sabor exquisito, con distintas formas y colores, y su cultivo requiere de cuidados que van más allá de la rentabilidad económica. La riqueza de las papas nativas radica en hacer descansar la tierra algunos años, hasta diez incluso. Esto significa que tras una cosecha en esa tierra no se siembra nada.