Pedro Castillo. | EFE
En los países hispanoamericanos donde triunfa un candidato presidencial del Foro de Sao Paulo se repite el mismo proceso una y otra vez. La presencia de miles de venezolanos huidos en Lima, Bogotá o Santiago no parece argumento suficiente para millones de votantes, hartos del presente y ensimismados con el futuro. Lo que asombra es la conducta de burgueses,
conservaduros y liberales de nómina estatal: Nuestro país no es como Venezuela. Aquí
eso no puede pasar .
Desde el éxito que tuvo Hugo Chávez (indultado de su golpe de Estado por el típico centrista que quiere ser popular, en su caso el democristiano Rafael Caldera, protector desde los años 60 de los peneuvistas establecidos en Venezuela) para