Yasmeen Al Dabbagh es de las pocas personas hoy en la Villa Olímpica que sonríe a pesar de haber terminado antes de tiempo su sueño, porque para ella el sueño era estar aquí. La velocista saudí, abanderada de su país en la ceremonia inaugural, ha hecho historia en su país para competir en los
100 metros y a pesar de no haber pasado de la primera serie (
13.34) no podía ocultar su satisfacción como anticipaba a MARCA antes de la prueba.
Ninguna experiencia es un fracaso. Tanto en el deporte como en la vida