“Es un clásico en épocas inflacionarias”. La frase no es de un economista sino de un fiscal de la provincia de Buenos Aires, que se encuentra a cargo de la investigación por el hurto de cables y flexibles de medidores de gas, agua y luz. Y surge debido a la pregunta que muchos se hacen: “¿Por qué alguien se roba algo tan poco valioso de la puerta de una casa?”.
Ahora, para comprender el trasfondo de la cuestión hay que saber, primero, que el valor de los objetos es absolutamente subjetivo. Es decir, lo que para algunos determinado elemento puede resultar insignificante, pero a otros les servirá, quizás, en la resolución de un problema básico: la subsistencia.