KISSIMMEE, Florida, EE.UU.
En una reciente tarde de jueves, Alex Berrios instruía a su equipo sobre cómo hacer que las personas se registren para votar. Extiendan su mano, dice; eso aumenta la probabilidad de que las personas se detengan. Sonrían mucho, eso también funciona. Pero acepten de inmediato una respuesta negativa para que no se vean demasiado agresivos.
Berrios, cofundador de la organización sin fines de lucro Mi Vecino, tiene mucha experiencia sobre cómo desarrollar el discurso perfecto. Su grupo, que trabaja desde una estrecha oficina a la sombra de Disney World, tiene en la mira a votantes latinos potenciales. Está haciendo una representación sobre cómo abordarlos mejor frente a Walgreens, durante juegos de dominó en un centro para personas mayores o afuera de El Bodegón, una cadena de supermercados especializada en productos colombianos.