Ser flexibles y dejar fluir la realidad puede ser útil en momentos inciertos, igual que encontrar una vía para liberar las tensiones de la vida cotidiana, a lo que puede ayudar la actividad física regular (caminar, trotar, bailar, pilates o yoga, etc.).
La psicoética se deriva del principio ético más general: el respeto de la dignidad humana. Esto hace referencia a la necesidad de considerar que cualquier intervención con las personas tiene por única finalidad su desarrollo y perfeccionamiento.