Sin embargo, los adultos jóvenes también están acudiendo a los centros de vacunación, ansiosos de recibir su dosis.
A menudo, la motivación para vacunarse es poder regresar a los sitios de trabajo. Si bien el gobierno mexicano se opone a que la vacunación sea obligatoria, es evidente que muchos consideran que la gente vacunada estará más segura, y será más aceptada, en la oficinas y en otros lugares de trabajo.
César Chávez Beltrán, de 32 años, se formó para recibir su primera dosis de la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca en la Ciudad de México. Como empleado de un banco, está en contacto con otros compañeros y con el público. Le dieron tiempo libre en el trabajo para ir a vacunarse.
Sin embargo, los adultos jóvenes también están acudiendo a los centros de vacunación, ansiosos de recibir su dosis.
A menudo, la motivación para vacunarse es poder regresar a los sitios de trabajo. Si bien el gobierno mexicano se opone a que la vacunación sea obligatoria, es evidente que muchos consideran que la gente vacunada estará más segura, y será más aceptada, en la oficinas y en otros lugares de trabajo.
César Chávez Beltrán, de 32 años, se formó para recibir su primera dosis de la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca en la Ciudad de México. Como empleado de un banco, está en contacto con otros compañeros y con el público. Le dieron tiempo libre en el trabajo para ir a vacunarse.
Sin embargo, los adultos jóvenes también están acudiendo a los centros de vacunación, ansiosos de recibir su dosis.
A menudo, la motivación para vacunarse es poder regresar a los sitios de trabajo. Si bien el gobierno mexicano se opone a que la vacunación sea obligatoria, es evidente que muchos consideran que la gente vacunada estará más segura, y será más aceptada, en la oficinas y en otros lugares de trabajo.
César Chávez Beltrán, de 32 años, se formó para recibir su primera dosis de la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca en la Ciudad de México. Como empleado de un banco, está en contacto con otros compañeros y con el público. Le dieron tiempo libre en el trabajo para ir a vacunarse.
Sin embargo, los adultos jóvenes también están acudiendo a los centros de vacunación, ansiosos de recibir su dosis.
A menudo, la motivación para vacunarse es poder regresar a los sitios de trabajo. Si bien el gobierno mexicano se opone a que la vacunación sea obligatoria, es evidente que muchos consideran que la gente vacunada estará más segura, y será más aceptada, en la oficinas y en otros lugares de trabajo.
César Chávez Beltrán, de 32 años, se formó para recibir su primera dosis de la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca en la Ciudad de México. Como empleado de un banco, está en contacto con otros compañeros y con el público. Le dieron tiempo libre en el trabajo para ir a vacunarse.