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La imagen más esperada. Messi levantando la Copa América, el 10 con el trofeo en las alturas.
Con una gran actuación colectiva y una actuación descomunal de Rodrigo De Paul, el equipo de Scaloni derrotó 1 a 0 a Brasil en el Maracaná y tocó el cielo con las manos. Atajadas determinantes del marplatense Martínez.
Chau fantasmas. Pasaron 28 años y 6 días de aquella vuelta olímpica en el Monumental de Guayaquil, cuando Oscar Ruggeri levantó la Copa América 1993 y el equipo que dirigía Alfio Basile consiguió un título que era importante, pero con la cabeza puesta en el Mundial del año siguiente en Estados Unidos. Nadie, ni el más pesimista, hubiera imaginado que iba a haber que esperar todo este tiempo para ver nuevamente a la Selección Mayor dando una vuelta olímpica. Y llegó ese día, ni más ni menos que en el Maracaná ante Brasil, de la mano de Lionel Messi, con una conducción muy criticada por algunos de Lionel Scaloni y con un grupo
Messi y su primer título con la Selección: la quinta fue la vencida
La Pulga” al fin rompió el maleficio y consiguió gritar “campeón”. Tuvo un gran torneo aunque la final le fue esquiva. Pero se desahogó.
Por redacción
Messi saluda a Di María, tras convertir. Foto: NA.
La imagen que tantas veces se frustró finalmente se concretó en el mítico “Maracaná” de Brasil. Lionel Messi, el capitán y símbolo del seleccionado argentino, levantó la Copa América en su quinto intento finalista.
La resiliencia de Messi tuvo su premio. Desde su irrupción con el seleccionado mayor, con el debut errático ante Hungría, hasta la consagración en Brasil pasó por todos los estados y contextos.
¡Argentina, campeón de América!
Por: Agencia Télam
La imagen que tantas veces se frustró finalmente se concretó en el mítico Maracaná de Brasil. Lionel Messi, el capitán y símbolo del seleccionado argentino, levantó la Copa América en su quinto intento finalista.
La resiliencia de Messi tuvo su premio. Desde su irrupción con el seleccionado mayor, con el debut errático ante Hungría, hasta la consagración en Brasil pasó por todos los estados y contextos.
La primera gran decepción la padeció en el Mundial de Alemania 2006. Messi, con 19 años, no disputó minuto alguno en la caída por penales en cuartos de final ante el país organizador y su imagen resignada en el banco de los suplentes dio la vuelta al mundo.