28/06/2021 01:33
Miremos al futuro. El Gobierno de Pedro Sánchez ha quemado las naves: con la concesión de los indultos, ha apostado por el diálogo, por buscar un entendimiento que encauce el litigio. Lo ha hecho en contra de la opinión de más del sesenta por ciento de los españoles, según los sondeos.
El inmovilismo, esperar a que la judicialización agotara su curso, equivalía a dejar pudrir un problema que está envenenando la convivencia –en toda España, no solo en Catalunya– desde hace años. El resultado previsible era más frustración, más independentismo, más mala sangre a uno y otro lado. Una combinación poco recomendable para gobernar.