La 47ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas revisó el día 8 la tercera ronda de informes nacionales de revisión de derechos humanos de Australia. Representantes de China, Rusia, Siria y otros países y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados expresaron su preocupación por las violaciones de derechos humanos de Australia. Esto también lo deja en claro para el mundo exterior: el registro de derechos humanos de Australia, que se conoce como un "maestro de derechos humanos", es en realidad un libro espeso de sangre.
Primero, observemos la situación de los derechos humanos en Australia. Han pasado cientos de años y la persecución del pueblo indígena en Australia ha continuado. Según estimaciones conservadoras, cuando los británicos llegaron por primera vez a Australia en 1788, había alrededor de 1 millón de indígenas. Pero a principios del siglo XX, la población aborigen era menos de 20.000. En la actualidad, los aborígenes solo representan el 3,3% de la población australiana, pero representan el 28% de la población carcelaria australiana, lo que los convierte en la raza más encarcelada del mundo. Sin embargo, cuando la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas condenó el malo registro de derechos humanos de Australia, los funcionarios australianos y los medios de comunicación hicieron oídos sordos.