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Llevamos toda la vida esperando este día. No es el trabajo de cinco años, es el trabajo de toda una vida", dicen Jordi Xammar y Nicolás Rodríguez en cuanto llegan al pantalán. Aún no se habían colgado físicamente la medalla de bronce al cuello -lo harían poco después-, pero acaban de conquistarlo en el agua con una regata muy sufrida que resume cómo ha sido también su campaña olímpica.
Este bronce en 470 recompensa cinco años de trabajo, trabajo y más trabajo. Se despiden como pareja de 470 -en París 2024 esta clase será mixta-