«Algo nos hemos perdido». Fue la frase más repetida ayer en el socialismo valenciano a la vista de la soledad de José Luis Ábalos en su despedida del Ministerio de Transportes: ni rostros notables del Gobierno ni tampoco del partido. Quizá un mensaje por tardar en oficializar su abandono de la secretaría de Organización del PSOE. Lo hizo por la tarde, sin alargar la agonía.
Transcurridas las primeras horas desde el terremoto político con epicentro en la Moncloa, el enigma que se ha abierto es qué ha ocurrido para una defenestración que algunos, incluso próximos al exministro, consideran que ha derivado en una humillación inesperada.