La fuente de partículas solares potencialmente peligrosas, liberadas por el Sol a alta velocidad durante las tormentas en su atmósfera exterior, ha sido localizada por primera vez.
Estas partículas están muy cargadas y, si llegan a la atmósfera de la Tierra, pueden potencialmente interrumpir los satélites y la infraestructura electrónica, además de representar un riesgo de radiación para los astronautas y las personas en aviones.