Ya se ha vuelto a liar.
En 'Supervivientes' hay giros de guión en cada capítulo, encendiendo mechas de bombas que suelen estallar en platós españoles reportando suculentos cheques a quienes las lanzan. Esta vez le tocó a
Tom Brusse. En el 'reality' tienen la costumbre de exponer a sus participantes al denominado 'puente de las emociones', una pasarela sobre el mar en la que, para avanzar, tienen que mirar al pasado y
confesar detalles de su vida que suelen levantar ampollas.
El marroquí se rompió al recordar la muerte de su madre o su infidelidad a Melyssa en 'La isla de las tentaciones'.