Tras su detención,
Alejandro Salaberry Gabarain como fugitivo. En esa condición estuvo desde
2003, cuando mató al policía
Cristian Agusti durante un asalto, hasta
2019, año en que la causa prescribió.
Supo ser uno de los prófugos más buscados por la
Justicia durante más de una década y media y nadie sabía absolutamente nada de su paradero. Sin embargo, su historia de evasión parece haberse empezado a esclarecer:
Salaberry era Lucas, vivía con su pareja y tenía un kiosco en
Azara al 1300 de Parque San Martín, en el Partido de Merlo, y su captura, ahora, se produjo por una pelea vecinal.