PDI fue el primero en revelar que una bala y una pistola marca
Jericho, de la propia institución, eran parte del caso del crimen de la subinspectora
Valeria Vivanco, ocurrido el 13 de junio de este año en La Granja.
Y si bien en primera instancia se analizó la posibilidad de que la bala se le cayera por accidente a uno de los detectives o se les haya disparado en un descuido, lo cierto es que
el proyectil tendría ADN de la víctima, por lo que las pesquisas se redirigieron a sus propios compañeros.
El hallazgo vino a reforzar las dudas del fiscal de delitos violentos de la zona metropolitana Sur,