El olivo es mucho más que un árbol en los países mediterráneos, y no sólo por su gran importancia económica. Es un símbolo cultural en muchas regiones de España, Italia, Grecia o Portugal bajo el que se cierne una amenaza llamada
Xylella fastidiosa. Se trata de una bacteria procedente de América que fue detectada por primera vez en Europa hace ocho años.
La transmiten insectos chupadores cuando pican un árbol para alimentarse de su savia y una vez se instala en él, tapona los vasos por los que circula la savia desde las raíces a las hojas, debilitándolo e incluso causando su muerte.