Messi cierra los puños. Festeja. Celebra. Corre también Leo
para abrazar al héroe, a Emiliano Martínez, al arquero que acaba de tapar tres penales en una serie marcada por los nervios y por su show personal,
matizado con comentarios tan suficientes como picantes a cada uno de los pateadores colombianos. Ya está. Se acabó. Es el desahogo. Cantan todos por la celeste y blanca, cantan por el sentimiento, cantan contra los periodistas que critican... Cantan el genio y Argentina porque,
aunque sufrieron, tienen la final de Copa América que querían. Será el sábado, contra Brasil y en el Maracaná. ¡Qué mejor escenario para que la selección rompa una sequía de 28 años y para que Messi por fin gane ese título con la Mayor que tanto merece, que tanto se le niega!