Por Marta Garde
Manuel Nieto Zas ha cumplido su sueño de estar en
Cannes. Lo hace con su tercer filme,
El empleado y el patrón, ambientado en el mundo rural y espejo incómodo de la
explotación laboral.
El patrón (Nahuel Pérez Biscayart) es un burgués con una vida moderna que no encaja en el estereotipo de productor rural y el empleado (Cristian Borges) es un joven de edad similar. La muerte de la hija del trabajador en un accidente de tractor cambia su relación.
«Empieza siendo un vínculo laboral y eso lo enturbia y desencadena un montón de sentimientos e intereses en conflicto. Por un lado se despierta el miedo y la culpa por parte del patrón, aunque los dos se sienten culpables, y en el empleado se despierta su ambición», cuenta a