Los Juegos más tristes de la historia
Tokio inaugurará el viernes la cita olímpica más atípica: sin público, con atletas y periodistas confinados en burbujas Hay miedo atroz a que el coronavirus explote
El grueso del equipo olímpico de España, a su llegada este domingo a Tokio. EFE/COE
19 de julio de 2021, 1:33
Aquella noche tormentosa, Shinzo Abe, entonces primer ministro de Japón, brotó inesperadamente de una tubería verde, vestido de SuperMario. Se quitó el disfraz de un manotazo, saludó con la gorrilla al público y alzó al cielo una bola roja, como si fuese el punto central de la bandera japonesa. Llovía sobre Maracaná con una furia alegre y tropical. El monumental estadio brasileño se convirtió de pronto en un mural de luces y relámpagos.