Las aceras de Redes
La aparición de las aceras, en su sentido actual, se sitúa a finales del siglo XVIII, lo que supone un paso en la modernidad de las ciudades al delimitar la superficie de circulación de carruajes y otros vehículos, reservando una parte, no necesariamente alzada, a los peatones. A partir de esa época, las aceras pasan a formar parte de las principales avenidas urbanas generalizándose con el paso del tiempo su presencia en el paisaje urbano.
Resumiendo,
la existencia de las aceras, como espacio reservado a los peatones, supone un avance en la construcción de el espacio urbano y su ausencia, o mal uso consentido, refleja el atraso o la incultura. Permitir su ocupación, no reglada, supone un ejemplo de desidia por las autoridades municipales además de un rasgo de mala educación por quienes la invaden.