Xavier Sáez Llorensopinion@laestrella.com.pa
Columnistas
Tijeras genéticas
“La edición genética es todavía un campo minado, porque añadiría una nueva aleatoriedad al azar natural de la evolución, que de por sí es impredecible”
25/07/2021 00:00
El desciframiento completo del genoma humano y el desarrollo de la tecnología de mARN, para la elaboración de vacunas seguras y eficaces, son dos de los más espectaculares hitos de la biomedicina moderna. Otro extraordinario avance científico ha sido el delineamiento del mecanismo molecular conocido como CRISPR (“clustered regularly interspaced short palindromic repeats” o repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas), con el cual Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier se hicieron acreedores del Premio Nobel de Química 2020. Por mucho tiempo, varios investigadores (Yoshizumi Ishino, Francisco Mojica y Fen Zhang, entre otros) descubrieron que algunos virus, denominados bacteriófagos, infectaban bacterias, haciéndolas inmunes a los antibióticos, mediante la inserción de segmentos genéticos que conferían resistencia antimicrobiana. Esos virus, por supuesto, también introducen otras informaciones que las bacterias juzgan como irrelevantes o nocivas, y por eso se inventaron el CRISPR, unas especies de tijeras que les sirven para cortar el genoma del intruso. En ese tiempo, el fenómeno parecía ser un capítulo de ciencia ficción, pero en la actualidad el concepto ya forma parte integral de múltiples aplicaciones valiosas en el campo científico.