Un ensayo realizado en Islandia durante cuatro años —entre 2015 y 2019— ha demostrado que
trabajar menos horas por el mismo sueldo mejora el bienestar de los empleados sin que se reduzca su productividad total.
En el experimento piloto participaron 2,500 trabajadores (el equivalente al 1% de la fuerza laboral de ese país) de diversos sectores e industrias, que pasaron de jornadas semanales de 40 horas divididas en cinco días a tan sólo 35 o 36 horas repartidas en cuatro días.
De acuerdo con el informe
Going Public: Iceland’s journey to a shorter working week, publicado a principios de junio, se logró con creces el objetivo del ensayo, que era equilibrar la vida laboral y personal sin dañar la productividad