Los expendedores de identidades suelen obviar el arte. Una disciplina con demasiados mestizajes. El escritor y científico Martí Domínguez lleva tiempo acercándose a pintores, escultores y fotógrafos. Los reunió en ‘Estudis d’art’ (Afers, 2019) con las fotografías de Jesús Císcar donde analiza la relación de ochenta y cuatro artistas con su entorno, en su taller. Ahora Martí Domínguez se detiene en uno de ellos con ‘Manuel Boix. La forja d’un pintor’ (IAM).
Un ensayo biográfico sobre Manuel Boix (l’Alcúdia, 1942), uno de los artistas valencianos más internacionales en pintura, escultura e ilustración. Una de sus obras más populares es la escultura de bronce «Secuencia» (1992) de homenaje a la pilota que se encuentra en el bajo del edificio de la antigua Bankia en Pintor Sorolla. Un conjunto de cuatro manos protegidas por las clásicas cintas de los pilotaris que sujetan las ‘pilotes de baqueta’, y donde cada una de las manos hace una entrega de la pilota a la mano que tiene a su lado.