Terminado el proceso electoral del domingo pasado, la semana inició el lunes 7 con un ¡Feliz, feliz, feliz! por parte del presidente López Obrador y los escuchas de la “mañanera” pensaron que ése era el ánimo en Palacio Nacional, para que casi de inmediato, el Ejecutivo mostrara irritación y enojo... En esta ocasión, como en muchas anteriores, los objetivos de ataque fueron nuevamente periodistas e intelectuales, los medios escritos y electrónicos, la clase media