Fortaleza
NO hay nada más divertido que contemplar las maniobras de los partidos políticos como si estuviéramos asistiendo a una partida de ajedrez. La única diferencia entre la realidad y el tablero es que las figuras no siempre son blancas y negras. Abundan los matices y los colores, así cuando la tropa acorrala al rey en un jaque, este de negro o blanco pasa a azul o rosa, desconcierta a los contrarios y escapa del mate o se mantiene impune en un enroque bien curioso o bien extraño. Este fin de semana me he divertido mucho contemplando el tablero puesto sobre la mesa del PPdeG.