Actualizado a 04/07/2021 00:17
Salvo para los muy futboleros, la selección nacional está repleta de aplicados desconocidos. Los ves por la tele y tienes la misma sensación de cuando vas a ver un partido del hijo de tu nueva novia. Te suena él y el amigo que se sube con vosotros al coche cuando los vas a recoger al entreno. Incluso físicamente todos los jugadores se parecen. Quitas al hijo de tu novia (Busquets) y a su amigo del alma (Jordi Alba) y todos parecen ser el mismo jugador y con padre del PNV y madre canaria. No hay excesivos tatuajes ni rapados o barbas babilónicas. Quizás tiene que ver con quien está al mando de la tropa. Cuenta el cantante Bono que cuando fue a grabar un dueto con Frank Sinatra, éste se le quedó mirando el pendiente que llevaba el irlandés en la oreja y que, por primera vez, se sintió afeminado. Me imagino la mirada Sinatra de Luis Enrique ante un tinte Neymar o algo parecido. Todos estos muchachos han llegado a semifinales con parte del