Si bien no con la celeridad y atención pública que algunos desearían, la llamada “rebelión de los coroneles” que, a la vista de los negativos resultados obtenidos en los comicios de junio, aspira a “forzar” la refundación del otrora invencible Revolucionario Institucional (PRI) y la remoción de su dirigencia, encabezada por el cuestionado
Alejandro
Moreno, podría estar cerca de activar mecanismos internos necesarios para alcanzar su objetivo.
En las próximos semanas, efectivamente, antes de que concluya agosto, el movimiento podría estar en posibilidad de concretar la creación de un frente nacional que, amén de sumar a las distintas corrientes de priistas inconformes, integre a liderazgos tradicionales ahora desplazados y con presencia e influencia a nivel municipal o estatal y, más aún, a algunos de los “generales” que, si bien se mantienen informados, han optado por mantenerse al margen, cual es el caso del mexiquense