Poco podrá sorprendernos que casi nada se haya dicho sobre lo que une a tres libros publicados en algo menos de un año y escritos por uno de los matrimonios —en pretérito— más importantes de la literatura española contemporánea: por un lado,
La nueva masculinidad de siempre (Anagrama), de
Antonio J. Rodríguez; por el otro,
Caliente (Lumen) y
, de
Luna Miguel. Se han redactado
muchas entrevistas superfluas a un autor y al otro, pero análisis cruzados de estos libros construidos en paralelo no abundan. Y, sin embargo, es imposible entender sus verdaderos posicionamientos e intuiciones sin elaborar una imagen global, que necesita la coordinación de formas más o menos parecidas a la poesía, el ensayo y la novela. Vaya en ese sentido esta tentativa de crítica triangular, alejada de cualquier tipo de programa del corazón literario o careo con rumores de poco valor; descubramos comparando si estos tres libros tan gozosos de verdad hablan del poliamor (y de su final), o si lo que está en juego es otra cosa.