El día que
Irene Montero lanzó el órdago y amenazó con dimitir si el Consejo de Ministros no aprobada sus leyes Trans y Sí-Sí en los términos que ella quería,
Pedro Sánchez tomó tres decisiones: ceder al capricho de la ministra de Igualdad, depurar sí o sí a la insolente del Consejo de Ministros y
renegociar con Yolanda Díaz el peso de Podemos en el nuevo Gobierno, que está al caer. A Carmen Calvo le comunicó su cuarta decisión: cepillar ambas leyes en el trámite parlamentario.
El equipo del presidente está muy decepcionado con la gestión de los ministros 'podemitas', exceptuando a la ministra de Trabajo, a los que acusa de lastrar la imagen del Gobierno y de generar irritación entre el votante socialista.