Con el acuerdo provisional del Marco Inclusivo del proyecto BEPS de la OCDE y el G-20 para implementar un impuesto mínimo global del 15% con base a la propuesta del pilar II, que busca la estandarización de impuestos a una base mínima para las empresas multinacionales, se observa un avance sobre alcanzar una solución consensuada de la tributación directa de la economía digital para las reuniones del 9 y 10 de julio del G-20 en Venecia, Italia.El objetivo original de la acción 1 “Abordar los desafíos fiscales de la economía digital” del proyecto BEPS era garantizar que las empresas que operaban a través de modelos de negocio digitales que participaban en jurisdicciones donde no tenían presencia física pagasen impuestos en esas jurisdicciones a pesar de no configurar un establecimiento permanente. Eso conllevó a que varias jurisdicciones implementasen medidas unilaterales, como la denominada “Tasa Google”.No obstante, el desarrollo de las propuestas dentro del Marco Inclusivo del Proyecto BEPS se ha ampliado a otros sectores de los grupos multinacionales. De llegarse a un consenso en la próxima reunión del G-20, se debería eliminar la competencia fiscal entre los estados con la implementación del pilar II. En tal sentido, los responsables de política fiscal de nuestros países deberían revisar la eficiencia de los incentivos fiscales y estudiar estandarizar las tasas efectivas en los regímenes fiscales preferentes, dado que si no serían gravados en otra jurisdicción y por ende sería una pérdida de ingresos fiscales.