Un joven inteligente me iluminó ayer. Charlando sobre La Mañanera me dijo que el ejercicio del "Quién es quién en las mentiras" es un acto de crueldad. ¡Sopas! Me quedé pasmado. Y se explicó: es cruel exponer en la arena pública a una persona sin capacidad ni credenciales a juzgar a los periodistas.