Drones sobre Tokio
CONTEMPLÉ la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos 2020 (La 1, Eurosports), desde el Estadio Nacional de Tokio, un poco al paso, como quien no quiere la cosa, mientras ayudaba a poner los platos para la comida. Me gustan las ceremonias inaugurales, esos rompecabezas perfectos, no tanto, en cambio, las alfombras rojas. Hay, seguro, un punto de orgullo en estos espectáculos, un intento de mostrar al mundo de lo que uno es capaz, dejar gotas del arte y la cultura que atraviesan la historia de un país.
Es que, al final, todo es la cultura. Un país es su cultura. Una pena que no siempre se tenga en consideración. Miro hacia atrás e, invariablemente, se me aparecen aquellas instalaciones de la Fura, y de otros, en la Olimpiada de Barcelona. Aún hoy dicen que fue una de las inauguraciones olímpicas más bellas que haya habido jamás. Y aquí, sí, significó un aire nuevo. Me gustaría pensar que conservamos intacta esa fuerza. Pero tengo dudas.