Naturaleza, silencio y un entorno protegido. Si planea las vacaciones como un remanso de paz y tiempo de desconexión, seguro que lo consigue en una suite de lujo, después de descansar del tirón en una cama
king size, desayunar a la carta o poner la mente en blanco durante un tratamiento relajante. También si desde la piscina del hotel la panorámica es infinita y no le molesta ni un ruido, más allá de los que ofrece la propia naturaleza... En estos cuatro hoteles se puede veranear como un marqués en su antigua masía, en un castillo del siglo XIX, en la primera finca que tuvo electricidad en el valle del Duero portugués; o reviviendo el estilo