Recientemente, pudimos ver casos de insólitas publicaciones en redes sociales con amenazas hacia el presidente de la República, Laurentino Cortizo. Por un lado, un nefasto video de un ciudadano, aparentemente colonense, con palabras fuertes y perturbadoras; por otro lado, el artista internacionalmente reconocido Kenny Man, amenazando e insultando por medio de publicaciones fuera de lugar que poco favor le hacen a su carrera artística, pues no es la manera apropiada de llamar la atención y atraer miradas.
Es digno de aplaudir la rápida acción de los estamentos de seguridad y justicia, pues ambos casos fueron atendidos inmediatamente y, en menos de 24 horas, ya se había aprehendido tanto a Kenny Man como al sospechoso detrás del deplorable video, bajo los cargos de apología del delito; sin embargo, cabe preguntarse, ¿qué ha impedido actuar con la misma rapidez en los casos de amenazas recientes en contra de periodistas?