Más de un centenar de países cerraron sus fronteras para evitar que la variante Delta del coronavirus -
más virulenta y contagiosa- se propague sin control, mientras otros tantos las mantienen abiertas aunque con algunas restricciones. Sólo cinco tienen completamente habilitado el ingreso.
La rápida propagación de la mutación del coronavirus impulsó a varios países de Europa a restablecer las cuarentenas de viaje, mientras que varias ciudades de Australia están bloqueadas por un rebrote y Japón, que se prepara para los Juegos Olímpicos, está lidiando con contagios entre los atletas llegados del extranjero.