La mujer es el núcleo esencial de la vida. En realidad, todo consiste en las mujeres. Lo que nos hacen y lo que nosotros les hacemos a ellas. Dicho esto, Castells, que hasta el momento no había pegado un palo al agua, se equivoca al concederles preferencia para ser contratadas en las universidades. En cualquier ámbito profesional, la mujer, igual que el hombre, debe estar donde le corresponde por sus méritos, no por una idoneidad ideologizada de género. De lo contrario, aunque se trate como se viene diciendo desde hace tiempo de un caso de «discriminación positiva», las aspiraciones de pertenecer a una sociedad igualitaria quedarían relegadas por el capricho sectario de la llamada perspectiva de género. La «discriminación positiva» es uno de los inventos más idiotas e incongruentes que existen, un oxímoron como la copa de un pino. La discriminación, para cualquier persona cabal y bien educada, tendría que ser siempre negativa. ....