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El presidente Luis Abinader, mediante decreto, creó la Oficina de Desarrollo de Proyectos de Movilidad Urbana e Interurbana y de inmediato designó como presidente a Lisandro Macarrulla, ministro de la Presidencia, a pesar de los comentarios desfavorables que copan la redes sociales, por estar involucrado en la sobrevaluación de la construcción de la nueva cárcel La Victoria y el incumplimiento total del contrato San Souci.
Es decir, la nueva designación, en la oficina que le crearon, se hace contra viento y marea, sin importar lo que diga la gente. Esa oficina no solo operará proyectos de transporte, sino otros tantos campos en el marco de la denominada “Alianza Público-privada”, nombre que suena muy bonito, pero partiendo de la experiencia el Estado siempre lleva la de perder.