Una primavera lejana
1. El caso de Heberto Padilla, fue una rotunda decepción que eliminó muchas simpatías de los intelectuales de izquierda latinoamericanos. 2. Salman Rushdie. 3. Elena Poniatowska.
Sergio Ramírez
Santo Domingo, RD
Cuando las columnas sandinistas entraron victoriosas en Managua el 19 de julio de 1979, una de las fotos que dio vuelta al mundo fue la de unos guerrilleros enjabonándose en la pileta de mármol donde se bañaba Somoza. En las oficinas presidenciales, adyacentes al baño, lo que quedaba era un reguero de papeles y uniformes militares, cananas de tiros, y en una esquina en el suelo un retrato del dictador sonriente, perforado de un balazo.
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Cuando las columnas sandinistas entraron victoriosas en Managua el 19 de julio de 1979, una de las fotos que dio vuelta al mundo fue la de unos guerrilleros enjabonándose en la pileta de mármol donde se bañaba Somoza. En las oficinas presidenciales, adyacentes al baño, lo que quedaba era un reguero de papeles y uniformes militares, cananas de tiros, y en una esquina en el suelo un retrato del dictador sonriente, perforado de un balazo.
La euforia en el país era total, y al día siguiente, cuando se celebró el triunfo en la plaza de la República, bautizada como Plaza de la Revolución, la multitud estaba compuesta por gente de todas las clases sociales que llegaban a celebrar el fin de la tiranía, tras tanta sangre derramada, tanta muerte y tanta destrucción, una guerra que también había involucrado a todos. Aún no se establecía esa línea divisoria entre proletarios y burgueses, que luego proclamaría el nuevo discurso oficial.