Lejano parece ya aquel
2016 en que Donostia lucía Capitalidad Cultural Europea y el
Ayuntamiento adjudicaba el contrato de enajenación del complejo de Illunbe por 22 millones de euros a la UTE formada por las sociedades limitadas Larrain y Loiola Gestión Inmobiliaria.
Han transcurrido cinco años, pero ha parecido un siglo tal es la velocidad a
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