No es nada más que la CTM haya perdido la titularidad de un importantísimo Contrato Colectivo de Trabajo y, por tanto, que se le esfuma uno de sus fuertes sindicatos afiliados. Tampoco que se haya concretado ante los ojos de la Nación un recuento interno, uno más, en una organización gremial corporativa. Son signos de los tiempos.