Baloncesto
leb oro
Bamba Fall demostró en el Covirán Granada ser uno de esos jugadores cuya presencia física le puede convertir en determinante
JOSE MANUEL PUERTAS GRANADA
Viernes, 9 julio 2021, 00:52
Llegó a Granada con la vitola de ser el mejor jugador de la LEBOro en la temporada anterior, cuando su rendimiento en el Lucentum Alicante fue descollante hasta que la pandemia detuvo el mundo. Las expectativas, lógicamente, eran muy altas sobre el Bamba Fall, veterano pívot senegalés que se convirtió, tras una considerable apuesta del club, en el faro interior del Covirán Granada.
Lo cierto es que no se puede decir que la temporada del senegalés en Granada haya estado cerca de la que se vio en Alicante –algo que ya avisó Pablo Pin a principios de temporada que era el escenario más lógico, al no existir el factor sorpresa del curso previo– pero, sin embargo, es un jugador de esos que hace números prácticamente por inercia. Algo más de 10 puntos y 5 rebotes de promedio son cifras aseadas para un tipo honrado en el esfuerzo y noble como pocas veces se ha visto en el vestuario rojinegro, pero que tuvo menos peso en los esquemas del que había acostumbrado en el Lucentum.