Mientras realizaba tareas de mantenimiento, Javier Blanco escuchó que los
perros de la finca comenzaron a ladrar en sentido a la parte trasera de la estancia. Ahí vio que un
hombre "que vestía pantalón corto, zapatillas, y una campera azul con mangas largas color blancas" se dirigía
al sector de los gansos y empezó a
correrlos por unos 20 minutos. Sorprendido, el casero le gritó al intruso, que lo ignoraba: "
Flaco, ey, Flaco, ¿adónde vas?". Blanco miraba todo esto desde la ventana de la habitación hasta que el hombre se acercó y el casero le preguntó qué hacía ahí.