EFE
NUEVA YORK - El rápido avance de la variante Delta del COVID-19 en EEUU está empezando a forzar a las empresas del país a reconsiderar sus planes de vuelta a la normalidad, llevando a algunas a retrasar ya el regreso a las oficinas y alimentado el debate sobre la posibilidad de exigir a los empleados que se vacunen.
La pasada semana Apple decidió posponer de septiembre a octubre la reincorporación de los trabajadores a sus puestos, otras grandes compañías han comenzado a exigir nuevamente el uso de mascarillas en sus instalaciones y muchas ciudades sopesan finalmente obligar a los empleados municipales a vacunarse.