A lo largo de esta cuarentena han surgido espontáneamente ciudadanos que, desde sus balcones o desde las redes sociales, sienten el derecho (o incluso la obligación) de señalar con el dedo a aquellos que no cumplen estrictamente con las directrices establecidas a consecuencia del estado de alarma. ¿Qué les impulsa a ejercer de policías? ¿Por qué se sienten legitimados para ello?
En cualquier sistema socio-político, ideológico, religioso o sanitario que se pretende Universal, es decir que tenga que servir para Todos, siempre aparecen quienes, sin ser esa su función, ni profesión, se convierten en los fieles y permanentes guardianes de ese orden establecido, llegando incluso a convertirse en delatores de los que transgreden sus reglas. La psicología puede ayudarnos a entender por qué actúan así.