Entonces, al igual que los humanos, los animales que quedaron con vida se alejaron de las zonas peligrosas. Algunos eran especies salvajes, otras crías para la producción y también hubo de uso doméstico. Lo cierto es que dos especies similares, aprovechando las condiciones adversas, se comenzaron a aparear.
Según lo reseña el portal del Daily Mirror, los cerdos (Sus scrofa domesticus) y los jabalíes (Sus scrofa leucomystax), se reprodujeron entre sí. Aunque son especies parecidas, y que vienen de la misma familia, en condiciones normales no se habrían apareado. Sin embargo, unos comenzaron a transitar libremente por la zona, debido a la falta de humanos. Mientras que los otros quedaron esparcidos sin dueños por la misma causa.